La selección nacional entrenaba y jugaba a menudo en su ciudad. Después de todo, San Cristóbal es la capital de Táchira, una de las zonas más futboleras de Venezuela. Y él, que desde los cuatro años no practicaba ya ningún otro deporte, acudía siempre que podía para ser parte del grupo de recogepelotas en los juegos de la Vinotinto. ¡Cuántas veces le devolvió el balón a su ídolo! Y ahora es él quien recibe de sus manos el testigo… Porque cuando Juan Arango puso punto y final a su carrera con la selección, su sucesor natural como capitán del equipo fue Tomás Rincón.
“Es una historia curiosa, sí”, reconoce el jugador en una charla exclusiva con FIFA.com. “Arango ya era la estrella principal del equipo y allí estaba yo de recogepelotas. Lo observaba y lo admiraba y luego se me dio la oportunidad de llegar a jugar con él y ahora somos buenos amigos”.
“Además, en el momento en el que yo llegué a la selección él fue una de las personas que más me apoyó. Me dio ese impulso que todo joven necesita cuando llega. Rápidamente tuvimos una sintonía muy buena y con el paso de los años y la convivencia nos hemos hecho muy buenos amigo”, continúa el futbolista del Genoa italiano.
Rincón debutó con la selección en 2008 con 20 años. Entonces Arango tenía ya 28 y era, desde hacía años, la referencia de la Vinotinto. Fueron siete años de convivencias y complicidad para seguir admirando y aprendiendo del ídolo, aunque éste no haya dejado consejos explícitos.
“Quienes lo conocen saben que es un tipo de pocas palabras, pero todos sabemos que no ha sido fácil para él dejar la selección. Y sigue en contacto con nosotros, pendiente de lo que sucede”, explica el nuevo portador del brazalete desde que en septiembre Arango, a sus 35 años, diera un paso al costado.
Rincón asume ahora el rol que ya desempeñara esporádicamente en las ausencias de su amigo. “Me siento muy orgulloso y honrado, y sobre todo, comprometido y consciente de la responsabilidad que conlleva. Tenemos un grupo muy sano donde todos nos sentimos importantes, donde prevalece lo colectivo”, destaca el centrocampista de 27 años.
“Y a Juan le agradecemos que nos siga apoyando desde la distancia. Pero claro que lo extrañamos, porque ha sido una figura muy importante en nuestro fútbol y siempre nos ha dado un toque diferente en los partidos con su calidad”, continúa.
Un nuevo desafío 
El camino a la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018™ adquiere una dimensión muy diferente para Venezuela respecto a anteriores fases clasificatorias. Falta quien ha sido corazón y referencia en los últimos 15 años. Y vuelve Brasil a la eliminatoria mundialista para complicar aún más la vida a la única selecciona sudamericana que no ha competido nunca en la justa mundial.
“Se complica nuestra clasificación”, reconoce. “Sabemos que en Sudamérica enfrentamos la eliminatoria más difícil del mundo por circunstancias climáticas, de viajes largos… pero creo que esta generación es muy buena, tiene experiencia y está en una buena edad. Esperamos cumplir, esta vez sí, el sueño de todo un país”.
El trayecto hacia Rusia arrancó con traspiés, ya que la Vinotinto cayó en casa ante Paraguay y luego en su visita a Brasil. “Ahora mismo tenemos amargura, porque esperábamos contar ya con algún punto. Obviamente ahora tenemos mayor necesidad de sumar puntos y, sobre todo, de hacernos fuertes en casa. El equipo no puede permitirse más tropiezos”, señala.
Y el capitán es autocrítico. No echa balones fuera a la hora de analizar las causas de esta decepción parcial. “Creo que no logramos todavía concretar las cosas que el entrenador nos pide. Noel (Sanvicente) quisiera que nuestra selección, partiendo de nuestro fuerte, que es nuestro bloque defensivo, consiga ser un poco más protagonista de mitad de cancha para arriba. Quiere que tengamos más el balón y que seamos más precisos en ataque con jugadas más elaboradas”.
“Con la ilusión del primer día y la necesidad del último”. Así de claro era su mensaje en Twitter antes de poner rumbo a Bolivia para luego recibir en casa a Ecuador en esta doble fecha clasificatoria de noviembre a la que Rincón llega por pundonor y sacrificio: una fascitis plantar lo tuvo en dudas hasta el último momento. El espíritu de combate y de equipo le impulsó en la recuperación y de nuevo volverá a ceñirse la banda de capitán para guiar a Venezuela.