El extenista estadounidense Andre Agassi aseguró que el período durante el cual ocupó el número uno del ranking mundial fue "el más infeliz del mundo", debido a que nunca disfrutó de la práctica del deporte en el cual brillo.
"Mi padre me vendía como el número uno y cuando llegás ahí no podés dar media vuelta. Fui el número uno más infeliz del mundo. Hubiese preferido ser el número 141. Cada vez que salía a jugar al tenis, sentía que estaba fingiendo", admitió Agassi durante una conferencia de prensa brindada en el Distrito Federal mexicano. El exjugador, de 45 años, reconoció que empezó a jugar obligado por su padre. "Mi papá era muy intenso. Yo tenía ocho años y era una carga que me hundía. Ese resentimiento me acompañó", sostuvo.
El estadounidense, quien ganó ocho títulos de Grand Slam, reconoció el displacer que le generó el deporte que practicó como profesional durante 20 años. "No empecé en el tenis por elección. Yo odiaba el tenis con toda mi alma y lo odié la mayor parte de mi carrera. Tenía que golpear miles de pelotas por día porque mi papá tenía la idea de que nadie me iba a ganar si golpeaba miles de pelotas por día y por años", explicó.
Tras su retiro, Agassi creó una fundación para ayudar a niños, una tarea que, según aseguró, lo hace sentir feliz. "Decidí tomar mi elección y darles educación a los niños, un compromiso para no fallarles. Así los colores de la vida del tenis empezaron a cambiar y me di cuenta de que había algo bueno", concluyó.
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